Cuando era pequeña, mi madre me contó que al dormir me convertía en ardilla. Todas las noches antes de acostarme me contaba lo que había sucedido durante el día, y por las noches cuando entraba en el sueño podía continuar mi vida en el tronco de un árbol, junto a mi amiga Carmela . Un mal día, no se acordó de cómo seguía la historia y nunca pude volver al bosque.
Todavía puedo acordarme de cosas, estos dibujos son una muestra..
viernes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
tu ni llamese ni nadaa menos mal que ibamos a quedar en los conciertos estos días...
bonito dibujo , me gusta, si señor, ala un saludo Sarita!
tão bonito, sara...
as histórias que valem a pena são feitas disto.
um beijo.
e outro.
que bonito...
que se recorde também assim o meu filho das histórias que lhe conto pela noite...
um beijinho
ai...
gosto muitos dos teus dibujos... e da maneira como dizes tudo tão simplesmente.
Publicar un comentario